María Pérez Lacruz, más conocida como María la Jabalina, fue la última mujer asesinada por el franquismo en la Comunidad Valenciana.
El 8 de agosto de 1942, con tan solo 25 años, fue fusilada en El Terrer, el tristemente conocido muro de Paterna en Valencia.
La joven anarquista de las Juventudes Libertarias había crecido alrededor de la fábrica del Puerto de Sagunto, donde se respiraba el ambiente de la lucha obrera.
Con tan solo 18 años, y en el contexto de la Guerra Civil Española, tuvo el valor de alistarse como miliciana en la Columna de Hierro, donde ejerció como enfermera.
Durante la Batalla de Teruel, el 23 de agosto de 1936 fue herida de bala en una pierna y tuvo que permanecer hasta el 24 de diciembre de ese año en el Hospital.
Después se quedó en la retaguardia trabajando en una fábrica de armamento de Sagunto y, posteriormente, en Cieza (Murcia) para hacer algunas tareas en la industria siderúrgica.
Con el triunfo franquista, intentó pasar desapercibida con su embarazo, pero el 23 de abril de 1939 fue detenida por la Guardia Civil en el Puerto de Sagunto (Valencia).
El 4 de noviembre de 1939 fue trasladada al Hospital Provincial de Valencia, Valencia, (España) por problemas de salud y por encontrarse en su séptimo mes de gestación.
El 9 de enero de 1940, una vez tuvo el niño, fue dada de alta, pero ella nunca vio la criatura. Le raparon la cabeza, desfiló por varias cárceles y vio cómo se llevaban a su hijo nada más dar a luz, lo que viene a ser un robo en toda regla.
Volvió los calabozos del Gobierno Civil de Valencia y el 18 de enero fue ingresada en la Cárcel Provisional de Mujeres del convento de Santa Clara. Finalmente, fue trasladada el 16 de enero de 1942 a la Prisión Provincial de Mujeres.
El 28 de julio de 1942 fue juzgada en consejo de guerra y condenada por “adhesión a la rebelión” y “desafección al Movimiento” a la pena de muerte.
María Pérez Lacruz fue fusilada el 8 de agosto de 1942 en el campo de tiro de Paterna, Huerta Oeste (Valencia) junto con un grupo de seis hombres.