Situación dramática en la República del Congo con cerca de 6 millones de desplazados

Por Spanish Utopia
abril 4, 2024

El conflicto que está sucediendo en la república del Congo es uno de los más olvidados por los medios de comunicación y que lejos de mejorar se están multiplicando cada día las necesidades de refugio de cientos de personas por los estragos de la guerra.

Desde finales de marzo de 2022 el denominado Movimiento 23 de Marzo (M23) lanzó una ofensiva en Kivu del Norte, enfrentándose a las Fuerzas Armadas de la República Democrática del Congo (FARDC) y la MONUSCO. Los combates desplazaron a decenas de miles de civiles y provocaron nuevas tensiones entre la República Democrática del Congo y Ruanda, ya que este último fue acusado de apoyar la ofensiva rebelde.

Se calcula que cerca de 6 millones de personas han sido desplazadas hacia las provincias de Kivu del Norte, Kivu del Sur e Ituri y aproximadamente 900.000 se ha tenido que refugiar en países extranjeros como consecuencia del conflicto, entre los que se encuentran miles de niños menores de edad.

En 2023, 25 escuelas fueron ocupadas por grupos armados rebeldes sólo en los territorios de Masisi y Rutshuru, y otras 17 fueron atacadas. En 2024, siete escuelas fueron destruidas por bombardeos. Los convoyes de ayuda también tienen difícil acceder a determinadas zonas de Rutshuru. Además, organizaciones humanitarias que operan en la zona denuncian el uso de las violaciones como arma de guerra: en 2023, sólo en Kivu Norte, se denunciaron 50.159 casos de violencia de género.

El regreso del M23 es la prueba de que Ruanda nunca se ha tomado en serio la paz. La República del Congo enmarca el conflicto como el resultado de la intervención de Ruanda, denunciando al M23 como una marioneta en manos extranjeras.

Para Ruanda, sin embargo, la renovada cooperación de la República del Congo con las FDLR sugiere que no está interesada en mejorar la seguridad regional. Ruanda ha denunciado lo que considera una limpieza étnica de los congoleños de habla kinyaruanda, presentando la violencia como el resultado de la discriminación del gobierno contra sus poblaciones banyamulenge, tutsi y hema.